El movimiento bíblico de antes del Concilio Vaticano II se ocupó de la difusión de la Biblia entre los católicos por el escaso conocimiento que éstos tenían de ella.
A partir del Concilio Vaticano II, la pastoral bíblica se centró en la Biblia como su objeto propio, con la finalidad de que la Palabra del Señor fuera conocida y creciera la adhesión a Jesucristo (2 Tes 3, 1); esto acontecía a la par con la reflexión y formulación de la actividad pastoral de la Iglesia como «pastoral de conjunto».
Hoy se abre camino una nueva manera de comprender la pastoral bíblica entendida como: ANIMACIÓN BÍBLICA DE LA PASTORAL de la Iglesia en el marco de la «pastoral orgánica», en donde la Biblia, Palabra de Dios escrita a los hombres y mujeres de todos los tiempos, sea la fuente de la vida de la Iglesia de su misión y se presente como mediación privilegiada para el encuentro con Jesucristo vivo. Esta nueva perspectiva de la «animación bíblica de la pastoral» responde a la conciencia creciente en la Iglesia de la función irremplazable de la Biblia en la comunicación con Dios y en la misión evangelizadora: «la Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo es fuente de evangelización, pues por ella la Iglesia se alimenta de la comprensión del Misterio de Dios y alienta la respuesta creyente» (Verbum Domini Nº96). Todo este esfuerzo ha hecho que el acceso fácil a la Sagrada Escritura que pedían los Padres Conciliares del Vaticano II, se está logrando poco a poco en América Latina y uno de los resultados de esto es que son numerosos los grupos, comunidades de base, familias y agentes de pastoral que han hecho de la Sagrada Escritura su libro de cabecera y, sobre todo, de inspiración para su vida, su compromiso apostólico y su acción pastoral.
En ninguna época de su historia, el pueblo católico ha tenido, como lo tiene en la actualidad, al libro Sagrado tan al alcance de su mano. Este acceso sin pensar que sea ya el mejor, responde al hambre de la Palabra de Dios que el Espíritu ha suscitado en nuestro pueblo creyente según el anuncio del profeta (cf.r Am. 8,11).
Por otra parte, destacamos la importancia de la Palabra en la misión bíblica desde V Conferencia general en Aparecida (Ver Nº 247-249). «La Misión fundamental, de nuestra Iglesia Católica, en donde nuestro Papa Benedicto XVI, en su discurso inaugural de la V Conferencia, en Aparecida, nos dice: «Ante todo, Cristo se nos da a conocer en su persona, en su vida y en su doctrina por medio de la palabra de Dios. Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y del Caribe se dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia general en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo de la Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y meditación de la Palabra de Dios: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vean que las palabras de Jesús son espíritu y vida (cf. Jn 6, 63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios. Para ello, animo a los pastores a esforzarse en darla a conocer.»
«Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura, leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura, «Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo» (DV 9), es, con la Tradición, fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo.» Documento Aparecida (DA)V Conferencia Nº 247.
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excelente articulo